







Las calles de El Rocío en la Parroquia de Guamaní, ubicada en el sur de Quito, se transformaron este domingo en un estallido de color, música y alegría con el desfile del Carnaval Bolivarense.
Más de 20.000 personas se dieron cita para celebrar este evento único, que conmemoró 25 años de tradición y cultura.
El desfile, que arrancó a las 10h00 desde el redondel de El Rocío, estuvo presidido por el Taita Carnaval, Diógenes Montero, la Ministra de Cultura Romina Muñoz, Ministerio de Cultura y Patrimonio el Ministro de Inclusión Social, Harold Burbano, Ministerio Inclusión Económica Social Ecuador, las hermosas Reinas del Carnaval y el sur de Quito; y los Concejales de Quito, Héctor Cueva y Fidel Chamba, recorrió las principales calles del sector, hasta llegar a la explanada principal, donde tuvo lugar el evento central.
Bandas de Pueblo, Bandas de Paz, Comparsas llenas de energía, trajes deslumbrantes y un ambiente festivo envolvieron a los asistentes, que se unieron para disfrutar de una jornada cargada de emociones.
Diógenes Montero, Taita Carnaval y máxima autoridad del carnaval de Guaranda, expresó su emoción por el impacto del carnaval bolivarense fuera de su provincia natal. «Hemos trasladado el carnaval de Guaranda a Quito, para que no se pierda la tradición. Es un orgullo ver cómo crece este evento», afirmó.
El Carnaval de El Rocío no solo es un desfile lleno de color y música, sino también una oportunidad para disfrutar de la exquisita gastronomía bolivarense.
Los miles de asistentes pudieron degustar platos tradicionales como: puntas, chicha de jora, fritada, cuyes, mote, chigüiles y el famoso dulce de zambo entre otros manjares, que hicieron de la fiesta una experiencia inolvidable.
Dato importante:
En el evento se rindió homenaje a personajes típicos como el Taita Carnaval, figura simbólica que representa al hacendado de la segunda mitad del siglo XIX, quien llegaba días antes del carnaval para preparar los festines que reunían a amigos y familiares.
El Carnaval Bolivarense en El Rocío de Guamaní contó con el apoyo del Municipio de Quito, la Secretaría de Cultura Quito y la Administración Zonal Quitumbe.