Los pacientes con enfermedades renales sufren por la paralización del personal de las dializadoras quienes se rehúsan a seguir yendo a laborar debido a la deuda que mantienen con ellos desde hace 4 meses por concepto de sus sueldos impagos.
Miles de pacientes renales de varias clínicas de diálisis del país quedaron sin atención en razón que enfermeras, médicos y personal administrativo de las dializadoras dejaron de atender.
A esto se suma, que tampoco existen suficientes insumos médicos para poder realizarles las diálisis, tratamiento del que dependen para poder vivir.
Los pacientes renales aseguran que La responsabilidad directa es de las autoridades del Ministerio de Economía, de Salud Pública, y del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social que no cancelan a las dializadoras desde enero del 2023.
Son más de 13 meses de una deuda que está matando lentamente a los pacientes con Insuficiencia Renal Crónica del país. Con el pretexto de que «no hay dinero en caja fiscal», hasta ahora los escasos pagos realizados, han sido a cuentagotas; y ha desencadenado todas estas consecuencias.