Patricio Jiménez, cuatro décadas reviviendo colores a los automóviles

Quito.-A sus 56 años de edad, Patricio Jiménez Ramos, lleva 40 reviviendo colores a los autos y perdió la cuenta de cuántos ha pintado.

Comenzó muy joven en este oficio, no ha desarrollado ninguna otra actividad y tampoco piensa cambiar este mundo, entre latas y pintura. Durante todos estos años ha sumado muchos clientes

Fue uno de sus hermanos mayores quien lo encaminó, pues, le enseñó el arte de latonería en un antiguo taller en El Camal, cerca al sector de Chaguariquingo (sur de Quito)

La necesidad económica y su instinto de sobrevivencia, fueron los motivos que lo condujeron a este trabajo que le ha permitido mantenerse, llevar el pan a la mesa de su hogar y dar educación a sus tres hijas.

Pato, como le llaman sus amigos, es el último de seis hermanos, cuya infancia, transcurrió en Conocoto, sur oriente capitalino.

Hoy, por su actividad vive en su taller, ubicado en el barrio Santa Rita (sur) donde atiende a clientes que llegan el momento menos pensado, para arreglar sus vehículos chocados o golpeados, por alguna circunstancia.

Tras ser consultado qué hubiera hecho, sino lograba conocimientos en la pintura de autos, dice que gustaba mucho de la música e incluso indica, entusiasmado, practicaba canciones a manera de imitación.

Su mayor pasión juvenil era la música romántica y clásica, aunque también rock.

Como estudiante, alcanzó apenas segundo de bachillerato y ésto, por insistencia de su madre quien partió de este mundo terrenal, hace 15 años.

A pesar de su pasión por la pintura automotriz, dice que a rato quisiera dejarla, pero tiene la esperanza de jubilarse.

Reconoce que por la Pandemia, bajó el trabajo razón por que la dejó de aportar el seguro voluntario.

A su edad, su mayor anhelo es lograr, un día, una vida tranquila, sin tener que trabajar.

Comenta que este oficio tiene pro y contras, aunque, hasta ahora, la mayoría de clientes, ha salido satisfecha de su trabajo.

Contacto Pato Jiménez 0999567593

Quito, Apuela y Maná, sector Santa Rita

Texto y foto, Gilmer Rivas

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