Más de una década acelerando un pedal
Nievita, como muchos la llaman, lleva más de una década presionando el pedal de una máquina de coser.
Es que como decía, alguna vez, un seminarista sobre temas de negocios “son las crisis las que impulsan los grandes cambios” en cada persona que decide emprender, con básicos conocimientos en determinadas ramas.
Este es el caso de ésta emprendedora que presionada por una complicada situación económica familiar, decidió, hace más de una década, comenzar su microempresa que hasta ahora, le ha permitido salir adelante.
Seguramente, como este caso hay muchos que se generaron durante y después de la pandemia que deprimió la economía mundial.
La artesana que comenzó, con una máquina doméstica, ahora cuenta con una industrial y otra overlok
A pesar de gastos de arrendamiento y servicios, ella puede sustentar, alimentación y medicamentos para mantenerse sana y seguir en su permanente lucha.
Cuenta que tampoco es fácil lidiar con clientes en este oficio, pues ciertas mujeres buscan acomodar los gordos de su cuerpo con una prenda de vestir.
Una figura femenina, dice, sin duda no se arregla con el arte de una costurera, sino con una rígida dieta que permita a las personas bajar de peso
La inconformidad y exigencia, vienen más de mujeres, pues los varones acuden en su mayoría para alzas de vastas de pantalones y viradas de cuellos de camisas.
Ella, espera seguir en este oficio, hasta poder iniciar un negocio de menor sacrificio, pues las dolencias con esta actividad son: dolor de espada y cintura.